sábado, 29 de abril de 2023

¡URGENTE! ... El fin está cerca... Pero aún estás a tiempo...


«Despiértate, tú que duermes;
levántate de los muertos,
y Cristo te dará luz».
(Ef 5:14 NTV)

No hay tiempo que perder. Cuando Jesucristo vuelva, y el mundo como lo conocemos termine, sólo habrá dos posibilidades: resurrección para vida eterna en el paraíso, donde el gozo será permanente, porque ya no habrá llanto, ni clamor ni dolor; o resurrección para condenación eterna, en el fuego que no se apaga, donde el gusano del hombre no muere

Porque todos los muertos resucitarán, pero no todos tendrán el mismo destino. Cuando Jesucristo regrese, destruirá la muerte en forma definitiva, por tanto, nadie podrá morir, aunque lo busque y desee con toda su alma.

A los verdaderos creyentes nos duele saber que muchos están muriendo sin saber que irán a condenación eterna, porque no quisieron conocer a su Salvador. Pero los que tenemos a Jesucristo no le tememos a la muerte, porque sabemos adónde iremos, pues, nuestro Señor fue a preparar lugar para nosotros en la casa del Padre.

El mundo vive bajo el engaño del maligno, quien cegó el entendimiento de los que rechazan oír la Verdad, y no quieren ceder un segundo de su tiempo a escuchar el evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios que vino, hace casi dos mil años, a llamarnos al arrepentimiento y a creer la buena noticia de la salvación; el mismo llamado que ahora sus discípulos, con voz de súplica, hacemos: "En nombre de Cristo, reconcíliate con Dios".

Muchos dirán ¿De qué tengo que arrepentirme? No le hago daño a nadie. Hay muchos peores que yo, etc. Argumentos para creer que no hay de qué arrepentirse sobran, sin embargo, todos debemos arrepentirnos de haber vivido en rebelión contra Dios, ignorando su Palabra, dando por sentado que somos buenas personas, y que tenemos ganado el cielo, cuando lo único cierto es que, sin Jesucristo estamos muertos en nuestros delitos y pecados, y necesitamos al Redentor enviado por Dios, para que alumbre nuestro entendimiento, y comprendamos cuán grave pecado es despreciar el maravilloso regalo de amor del Hijo de Dios, que vino a ofrecer su vida para darnos vida eterna.

Porque Dios está airado con todo el que no se arrepienta y que rechace a su Hijo, y derramará esa ira después que la iglesia, la congregación de los santos lavados en la sangre de Jesucristo, sea sacada de este mundo. 

Buscadle mientras pueda ser hallado. Este es tiempo de deponer nuestro orgullo, y humildemente pedir a Jesucristo que tome control de nuestras vidas, deseando, profundamente, comenzar a vivir una vida conforme a la voluntad de nuestro Señor

Si oramos a Dios, en el nombre del Señor Jesucristo, pidiéndole que nos perdone, y que nos muestre cómo seguirle, estaremos dando un gran paso a la vida eterna.

No te demores. Piénsalo rápido. Es una decisión para la eternidad. Eliges vida eterna si clamas al Señor que te redima; de lo contrario, seguirás siendo hijo de las tinieblas, condenado a sufrir la ira de Dios, y la segunda muerte, reservada para Satanás y todos los que, sin saber, vivieron obedeciendo su voz, y rechazaron escuchar el llamado de Jesucristo que vino a rescatarnos.


"Jesús le dijo: 
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; 
nadie viene al Padre, sino por mí".
(Jn 14:6 RVR60)


Temas relacionados:

¿Cómo ser salvo?










No hay comentarios.:

Publicar un comentario