martes, 14 de abril de 2020

ORACIÓN DE GRACIAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA


PALABRAS DE GRATITUD A JEHOVÁ


Padre Eterno, que reinas desde los cielos,
Exaltado sea tu nombre en toda la tierra.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Te damos gracias, porque podemos venir a tu presencia,
Por cuanto no estimó su vida como algo a que aferrarse,
Sino que obedeció a tu palabra, hasta morir en la cruz,
Para darnos la esperanza de una vida perfecta,
Que aguardamos con anhelo,
Donde reinarán la paz, la justicia y el amor por siempre.

Él no escuchó a su carne,
Mas se mantuvo firme, haciendo tu Voluntad,
Y enfrentó a sus verdugos,
Se estaba llevando a cabo
El más maravilloso milagro de vida.

Gracias, Bendito Padre de los Cielos,
En el sacrificio del Hijo del Hombre,
Y por cuya obediencia a Ti, la muerte no lo pudo retener
Que resucitan para vida eterna.

Gracias, Eterno Dios,
Porque en la resurrección de Jesucristo 
Sino, porque creemos que Jesús es el Cristo,
Misericordioso Creador.

Oh, Padre Bendito,
No te canses de nosotros, hombres imperfectos,
Y sigue llamando nuestra atención.
Aunque, si es necesario, tengamos que padecer aflicciones,
y se arrepientan, y sean salvos de la muerte eterna.
Pues, sabemos que toda tribulación que tú permites.
Aún cuando ahora no lo entendemos en profundidad,
Tiene un fin superior,
Que obra para el bien de tus criaturas.

Gracias te damos, Dios Padre ,
En el bendito Nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Único Camino para llegar a ti,

Tuyo es el Reino, Santo Soberano,
Y tuyo el poder y la gloria,
Por los siglos de los siglos,
Amén y Amén



Nota: los textos destacados son links que llevan a los versículos bíblicos en que se basan.
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viernes, 27 de marzo de 2020

¿QUÉ ES PEOR QUE COVID-19?

Si se humillare mi pueblo
Sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, 
Y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; 
Entonces yo oiré desde los cielos, 
Y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
2 Cr 7:14*

DEL ODIO A LA PANDEMIA


Hasta hace unas pocas semanas, por todas partes se alzaban las multitudes, reclamando contra el abuso, intentando hacer valer lo que ellos sentían eran sus derechos. Todos los países se habían polarizado, y veíamos cómo muchedumbres, infiltradas por el vandalismo, se tomaban las calles, arrasando con todo en nombre de los derechos de los ciudadanos, pero sin tener la capacidad de ver cómo el odio se apoderaba de sus corazones, y en esa ceguera terminaron fomentando lo que ellos mismos condenaban, pisoteando los derechos del resto de la población que se hundía en la incertidumbre. Era el hombre tratando de hacer justicia a su maneraignorando que hay un Dios de Justiciaun Dios de Amor, que no se cansa de llamar.

De pronto, en medio de ese caos que iba en aumento, una insignificante molécula nos tomó por sorpresa, se abalanzó sobre nosotros, y nos dejó perplejos. No hace distinción de estatus, raza, clase, linaje, sexo, color político o religión, todos somos igualmente vulnerables a su poder. No hay manifestación pública, ni barricada que detenga su avance. Es el Coronavirus, o SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad llamada Covid-19, que ya cuenta con miles de muertos y contagiados, cifras que día a día aumentan exponencialmente.


DIOS NO CAUSÓ ESTA PANDEMIA


Lo primero que hay que aclarar es que Dios no provocó esta pandemia, porque la mayoría de los desastres que hemos enfrentado a través de la historia, han sido consecuencia de la irresponsabilidad del hombre, que no ha sabido cuidar el planeta que habitamos. La amenaza de Covid-19 había sido advertida muchos años atrás, y nadie hizo nada.  Dios no nos castiga, pero tampoco interviene para evitar que suframos las consecuencias de nuestras decisiones, pues cada consecuencia es una lección de la cual debemos aprender.


¿QUÉ MATA MÁS QUE COVID-19?


¡Nada es más contagioso y mortífero que la indiferencia a Dios y a su Evangelio de la salvación por la fe en Jesucristo!

Jesús dijo: "no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno" (Mt 10:28)

La gente, por moda o por ignorancia, se ha alejado de Dios. La apostasía, el sincretismo religioso, el ateísmo son más contagiosos y letales que un virus, porque un virus no siempre provocará la muerte, pero ignorar a Dios y su salvación lleva irremediablemente a la muerte eterna, que no es otra cosa que  la condenación a un padecimiento sin fin, donde las almas no tendrán descanso.


¿POR QUÉ DIOS PERMITE CATÁSTROFES COMO ÉSTA?


En las Escrituras leemos: "dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva..." (Ez 33:11)

Creo que Dios no impidió que se desatara esta pandemia para llamar nuestra atención, y hacernos ver nuestra pequeñez, porque somos como la hierba que en un día crece, y luego se seca. El hombre se ha vuelto soberbio, y esta catástrofe es una luz de advertencia para que recapacitemos, y nos humillemos ante el Único que puede salvarnos, porque muchas veces es a través de catástrofes como ésta que el hombre se acuerda que, más allá de la tierra, hay un Dios Todopoderoso que reina.

Además, pienso que Dios nos está dando tiempo para que le busquemos a Él. La pregunta es, ¿cuánto del tiempo de encierro o cuarentena hemos dedicado a ver televisión o revisar redes sociales? ¿Podríamos dedicar parte de ese tiempo a leer la Biblia? Este es el momento para que nos sinceremos y reconozcamos que no leemos la Palabra de Dios, no porque no podemos, sino porque no queremos.

PARA SER SALVOS ES NECESARIO TENER FE


Nadie va a ir al Reino de los cielos si no tiene fe en Jesucristo, único mediador entre Dios y los hombres, quien murió por nosotros para darnos vida eterna en la tierra nueva, bajo un cielo nuevo, donde la paz no tendrá fin.

¿Sabías que la fe viene por oír (o leer) la Palabra de Dios?. En otras palabras, tu falta de fe, o tu poca fe se deben, probablemente, a que no has dedicado tiempo a conocer a Dios, pero para conocer a Dios y a Jesucristo, debemos leer o escuchar su Palabra.

AHORA ES EL TIEMPO


Dios ha sido paciente, esperando que le busquemos, y no cabe dudas que, más temprano que tarde, dará al hombre la inspiración para que descubra la cura contra COVID-19, pero, mientras haya tiempo para salvar nuestras almas, no impedirá que en lo sucesivo sigamos sufriendo las consecuencias de nuestras elecciones.

Dice la Palabra: "Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones".

No desperdiciemos más el tiempo; seamos sabios, y escojamos vida para nosotros y para los que amamos. Hoy es el día en que podemos salvar nuestras almas. ¡Vayamos a la Biblia; busquemos a nuestro Salvador, llamemos a su puerta, y pidámosle que venga a rescatarnos!

"Buscad a Jehová mientras puede ser hallado
Llamadle en tanto que está cercano.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos
Y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, 
Y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar".
Is 55:6-7

EN CUANTO A LOS HIJOS...


Siempre tengamos presente que Dios no está en cuarentena, Él sigue en su trono reinando, así que no permitamos que nuestro corazón se turbe, porque Él está en control de todo. Por lo demás, no debemos temer, pues, "si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos" (Ro 14:8).

Y cuando oremos, no oremos sólo pidiendo que esta pandemia acabe, sino pidamos que los muchos que han de ser salvos, de una vez por todas miren a Jesucristo, se arrepientan, y le busquen de corazón, para que sus almas sean rescatadas; a ver si, quizá, por fin se complete el número de los redimidos, de manera que el Señor regrese, y la justicia, la paz y el amor reinen en la tierra para siempre.

"Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación".
Hab 3:17-19


Canción: "Si se humilla mi Pueblo",  Ministerio Atributos



* Todas las citas Bíblicas corresponden a la versión Reina Valera 1960