jueves, 29 de noviembre de 2018

Y la Palabra de Dios se Hizo Hombre


LA PALABRA QUE ES ESPÍRITU Y VIDA


Jehová nuestro Dios es Espíritu; Él es el Gran Yo Soy. Él es el Alfa y la Omega, el principio y el final. Nuestro Creador no tiene forma humana, y aun cuando la Biblia habla de la boca de Dios, de su brazo, de su rostro, sabemos que Él es invisible, y que, aunque nosotros vivimos, nos movemos, y estamos en Él, no le podemos ver. 

La Palabra que Dios exhala también es espíritu. Dios no creó su Palabra; ella estaba en Él, y con Él en el principio, y fue por medio de su Palabra que Dios creó el mundo y todo lo que en él hay. Dios habló... y todo fue hecho

Pero no sólo que su Palabra estaba con él en el principio, sino que Dios era su Palabra. Literalmente, leemos en la Septuaginta (la primera transliteración al español de los escritos originales griegos): "En el principio era el Verbo; y el Verbo era ante Dios; y Dios era el Verbo." (Jn 1:1 LXX)

Por medio de Isaías, Jehová había prometido que enviaría Su Palabra, diciendo: "así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié".(Is 55:11)

Y Dios habló, y se manifestó su gloria y todo el mundo la vio, porque su Palabra se hizo carne, y habitó entre los hombres, llevando Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.


EL PAN DEL CIELO



Jesús es el pan del cielo que Dios envió para que el que coma de él, viva para siempre. Jesús dijo: "yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí". El hombre no sólo necesita alimentar su cuerpo terrenal para vivir, porque la verdadera vida no es la del cuerpo, sino la del espíritu, y éste necesita comer la Palabra que sale de la boca de Dios todos los días. No leerla es rechazar el alimento que necesitamos para vida eterna. La salvación (para los que son realmente salvos) no se pierde, pero seremos desnutridos espiritualmente, y pasaremos mucha hambre y sed en este mundo caído, si no dedicamos tiempo a conocer a Dios y a Jesucristo, a quien el Padre envió para salvarnos.

Prestemos oído, porque YHWH AÚN SIGUE LLAMANDO




Canción "Buscadme y Viviréis" (Marcos Vidal)

Lectura complementaria: Cómo ser salvos (volver a nacer)








lunes, 5 de noviembre de 2018

Nunca os Conocí...

NO TODO EL QUE ME DICE: SEÑOR, SEÑOR, ENTRARÁ EN EL REINO 


Los cuatro Evangelios (además de los escritos y las epístolas que Pablo, Pedro, Judas, Santiago, Juan, Lucas y el autor de Hebreos escribieron a los creyentes de las iglesias del primer siglo) tienen mensajes absolutamente vigentes para la iglesia de hoy. Recordemos que Dios, en su soberanía, dispuso que todos ellos formaran parte del canon bíblico, porque Él mismo inspiró a los que los escribieron, para enseñarnos su Voluntad, a fin de que le conozcamos, y andemos en sus caminos durante este tiempo de la Gracia, hasta el regreso glorioso de Jesucristo.

Todos los que escribieron conocieron al Maestro Jesús durante su ministerio terrenal, o después de su resurrección, o bien recibieron enseñanza de primera mano de aquellos que fueron enseñados personalmente por el Señor, lo que los califica para formar parte del libro sagrado.

Con todo, como era de suponerse, así como Satanás intervino allá en el Edén para poner tropiezo al primer hombre, y hacerlo caer hasta condenarlo a muerte, se las ha arreglado para que la Palabra pura y verdadera que el Señor exhaló, sea manipulada y enseñada con error en muchas congregaciones. La única forma de detectar el error es siendo proactivo, y dedicar tiempo a la lectura personal de las Escrituras.

Lamentablemente, la pereza de los creyentes los hace ser presa fácil de caer en herejías y doctrinas no bíblicas, que se imparten en instituciones religiosas de renombre, que se dicen cristianas, pero que enseñan un evangelio tergiversado.


¿POR QUÉ ME LLAMÁIS SEÑOR Y NO HACÉIS LO QUE OS DIGO? (Lc 6:46)


Lo que ocurre actualmente en muchas congregaciones no debe ser tomado a la ligera. Es cosa de vida o muerte

Jesucristo dijo claramente: "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."

Son muchos los que están engañados, pero aún pueden salvarse. Tristemente, otros ya no tienen la oportunidad, porque han fallecido creyendo que son salvos y no lo fueron jamás, porque nunca se enteraron de que las enseñanzas que recibieron eran herejías, debido a que no se hicieron el tiempo para leer por sí mismos las Escrituras.


LAS HEREJÍAS QUE SE ENSEÑAN


Algunas de las herejías más comunes, que se enseñan en instituciones religiosas que cuentan con muchos congregados:


Herejía: Orar para que la madre de Jesús interceda ante Dios.


María fue una mujer bendecida por la soberanía de Dios para ser la madre del Hijo de Dios, pero en ninguna parte de la Biblia dice que ella ha sido designada para interceder por los hombres ante Dios. Es más, la Biblia dice claramente: "hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Tim 2:5). María, a diferencia de Jesucristo, no es omnipresente, ni resucitó ni ascendió al cielo, como lo hizo Jesús. Ella, igual que todo creyente que ha sido salvo, duerme en Cristo y, cuando Jesús venga por su iglesia, será resucitada. Por lo tanto, cualquier oración a Dios, por medio de ella, no llegará a destino, y no tendrá respuesta.


Herejía: Se es salvo por las buenas obras, o por pertenecer a una institución religiosa.


Yo hice todos mis estudios escolares en una institución católica. Nunca me enseñaron lo que dice la Biblia: que en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos, sino sólo en el nombre de Jesucristo. Yo antes creía que la virgen María salvaba, o los santos, o los que habían sido beatificados, a quienes debíamos orar por intercesión ante Dios. Lamentablemente, muchos que se creen salvos, no lo son, porque nunca oyeron decir que  tenían que nacer de nuevo para poder entrar al Reino de los cielos, y que sólo la fe en Jesús salva. Que el que no cree en el Hijo, y no lo ha invitado para señorear en su vida, no ha recibido el sello del Espíritu Santo, que es la única garantía de vida eterna.

Herejía: Jesucristo es un ser creado.


Cualquiera que dedique tiempo regular a estudiar las Escrituras podrá descubrir que Jesucristo es la encarnación de Dios. Toma tiempo, por eso, muchos, en vez de dedicarse a averiguar por sí mismos, prefieren tomar bandos y, escoger, sin argumentos verdaderos, si deciden creer que el Padre y el Hijo (y el Espíritu Santo) son uno, o que son distintas entidades. 

Los Testigos de Jehová, por ejemplo, tienen una versión de la Biblia en la cual muchos versículos han sido modificados, con el fin de justificar las convicciones que se formó alguien que creyó ver más allá de lo que está escrito (no es la única religión que ha hecho eso) y, por ejemplo, en su biblia, en Jn 1:1, dice: "En [el] principio la Palabra era, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era un dios", con lo cual pretenden desestimar la divinidad de Jesucristo, quien es el Verbo. Pero si vamos a la versión Septuaginta, que es la primera Biblia, leemos: "En el principio era el Verbo; y el Verbo era ante Dios; y Dios era el Verbo". En el versículo 14 siguiente, dice: "Y el Verbo carne se hizo y habitó en nosotros, y hemos visto su gloria, gloria de Unigénito de Padre; —lleno de gracia y verdad." (Jn 1:14 LXX).

Jesucristo tampoco pudo ser creado, como afirman ellos, porque Jesús es el Padre Eterno;  Él es el Alfa y la Omega, el primero y el último, el que estuvo muerto, pero ahora vive. No son palabras que escogí al azar, son palabras que Jehová dijo por medio de Isaías, refiriéndose a sí mismo, y son palabras que Jesús, por medio de su ángel, dijo de sí mismo a Juan en el Apocalipsis. ¿Acaso Jehová estuvo muerto? No. Fue Jesús quien murió, porque Dios se encarnó en Jesús para poder morir por nosotros, pues siendo Dios inmortal, debió hacerse menor que los ángeles, y habitar en un cuerpo humano, mortal, para poder vencer, por medio de la resurrección, al que condenaba a muerte. Además, no podemos ignorar la palabra de Jehová cuando dijo que fuera de él no hay quien salve, y que a nadie más dará su gloria.

Negar que Jesús es Dios es creer sólo parte de la Biblia, y rechazar el resto, ya que los mismos apóstoles llaman Dios a Jesús. Porque bien sabemos que sólo hay un Dios, y los hebreos lo sabían mejor que nadie. Entonces, ¿cómo es que Pablo, Juan, Tomás y Pedro llaman Dios a Jesús? Para un judío, decir que Jesús es Dios sin serlo, sería blasfemia, sin embargo, ellos lo dijeron: "de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas..." (Pablo, en Ro 9:5); "y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios..." (Juan, en 1Jn 5:20); "por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo..." (Pedro, en 2P 1:1); "Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!" (Tomás, en Jn 20:28).


LA PEREZA PUEDE SER MORTAL


No seamos perezosos, y dediquemos tiempo a leer la Biblia, de modo que, si alguien, con mala o buena intención nos está impartiendo falsa doctrina, o herejías, seamos capaces de corregir o redargüir con argumentos verdaderos. ¿Quién sabe si no sólo estaremos salvando nuestras almas, sino la de aquéllos que, siendo perezosos ellos mismos, sólo se han dedicado a transmitir el error que aprendieron? 

Hacer este esfuerzo diario, que no es una carga, puede significar la verdadera salvación de nuestras almas; porque no querrás salir avergonzado de la presencia del Señor, aquel día en que Él venga, se siente en su trono de gloria, y reúna delante de sí a todas las naciones, para separar las ovejas de los cabritos, y al ver que no has sido escogido entre las ovejas, digas, "Señor, Señor", y el Señor te responda: "NUNCA OS CONOCÍ..."