sábado, 21 de junio de 2014

¿Qué es el Ayuno?

El Ayuno del Señor




Hay un episodio en los evangelios, donde se relata la historia de un padre afligido, que pide ayuda a Jesús para que sane a su hijo quien sufre ataques terribles. Él lo trajo a los discípulos de Jesús, pero éstos no pudieron sanarlo.
"Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo aparte, entonces, los discípulos a Jesús, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno"Mateo 17:18-21 (RVR1960)

Jesús dice que, para expulsar ese tipo de demonio, es necesario orar y AYUNAR...  Nos llama la atención que el ayuno tenga tanta importancia cuando se trata de expulsar demonios, sin embargo, cuando vamos a las Escrituras, podemos ver que lo que conocemos como ayuno, tiene un significado mucho mayor que simplemente privarnos de los alimentos.

Por boca del profeta Isaías, Dios nos dice cuál es el ayuno que Él demanda de los hijos. Tiene que ver con la renuncia, pero también con el amor al prójimo. Dice el Señor:

"¿Acaso el ayuno que he escogido
    es solo un día para que el hombre se mortifique?
¿Y solo para que incline la cabeza como un junco,
    haga duelo y se cubra de ceniza?
¿A eso llaman ustedes día de ayuno
    y el día aceptable al Señor?

El ayuno que he escogido,
    ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia
    y desatar las correas del yugo,
poner en libertad a los oprimidos
    y romper toda atadura?

¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento
    y dar refugio a los pobres sin techo,
vestir al desnudo
    y no dejar de lado a tus semejantes?

Si así procedes,
    tu luz despuntará como la aurora,
    y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
    y la gloria del Señor te seguirá.
Llamarás, y el Señor responderá;
    pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!”

Si desechas el yugo de opresión,
    el dedo acusador y la lengua maliciosa,
si te dedicas a ayudar a los hambrientos
    y a saciar la necesidad del desvalido,
entonces brillará tu luz en las tinieblas,
    y como el mediodía será tu noche.

El Señor te guiará siempre;
    te saciará en tierras resecas,
    y fortalecerá tus huesos.
Serás como jardín bien regado, 
como manantial cuyas aguas no se agotan."

Isaías 58:5-11 (NVI)


Algunos de los versículos citados, pueden interpretarse desde otra óptica, sin que su sentido literal se vea afectado: "compartir el pan con el hambriento" también significa "enseñar la Palabra de Dios" (evangelizar), lo mismo, para "dar refugio a los pobres sin techo", o "vestir al desnudo", pues cuando desconocemos la Palabra de Dios, efectivamente estamos desprotegidos, desnudos, porque el Espíritu de Dios no está con los que no han nacido de nuevo. "Poner en libertad a los oprimidos" y "romper toda atadura" es enseñar a otros que, por fe, podemos ser rescatados de la esclavitud de las tinieblas, para que tengamos una esperanza cierta, de una herencia preciosa, reservada para nosotros en los cielos, por medio de Cristo.

Jesucristo nos dejó el mandato de que debemos llevar la buena de nueva a todo el mundo, de manera que muchos sean los que oigan la Palabra de Dios, para que puedan creer en el evangelio, y se arrepientan para salvación. El Señor dijo que es necesario volver a nacer para entrar al Reino de los cielos, y sólo somos regenerados cuando el Espíritu Santo viene a morar a nuestro corazón.


Cuando Jesús inició su ministerio, citó las Escrituras, donde Isaías, inspirado por el Espíritu Santo, revela la misión del Mesías enviado por Dios. Pues bien, nosotros, como hijos de Dios, somos continuadores del ministerio de Jesús en la tierra. Él nos dio el ministerio de la reconciliación, que consiste en llevar las buenas nuevas que darán esperanza a los quebrantados de corazón; que liberarán a los cautivos del pecado y la culpa; que consolará a los que sufren; y que permitirá abrir los ojos a los ciegos espirituales para que conozcan la Verdad.


"El Espíritu del Señor está sobre mí,

Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor". (...)
"Y comenzó a decirles: 
Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros".
Lc 4:18-21 RVR 60

























jueves, 19 de junio de 2014

Teme a Dios. No Tengas Miedo de Dios

"TEMER" EN LAS ESCRITURAS


Según el Diccionario Everest de la Lengua Española, la palabra “Temor” significa: "Pasión del ánimo que incita a rehusar las cosas que se consideran dañinas o arriesgadas."

Muchas veces vemos la expresión "No temas" en las Escrituras, queriendo decir con esto que no nos asustemos por lo que enfrentamos, sino que confiemos en que el Señor está a cargo, sin embargo, cuando leemos en la Biblia "Teme a Jehová", no está hablando de sentir miedo, o que debamos cuidarnos del Padre, porque nuestro Padre Santo sólo tiene pensamientos de paz, y no de mal para sus hijos, sino que está hablando de "OBEDIENCIA" a Jehová, de someterse a la Autoridad del Altísimo.

Sabemos que la Biblia no necesita ser interpretada por los hombres, pues, si algún pasaje o versículo, o expresión no están claros, siempre hay un lugar, dentro de todos sus libros, en el cual se explica a sí misma. Para comprender el temor a Jehová, nos remitiremos a un versículo en particular, en uno de los proverbios de Salomón, en el cual usa la palabra "temer" para querer decir "someterse", "obedecer", "poner por obra", o "cumplir":


"El que menosprecia el precepto perecerá por ello;
Mas el que teme el mandamiento será recompensado".
Pr 13:13 RVR60

¿Podríamos, acaso, tener miedo de un mandamiento? Obviamente no; aquí el sabio escritor está queriendo decir que el que cumpla, se someta, obedezca o ponga por obra el mandamiento será recompensado.


¿POR QUÉ SE USA EL VERBO "TEMER" CUANDO SE REFIERE A JEHOVÁ?


Decir "teme" a Jehová, en vez de "obedece" o "sométete", lleva implícito un poderoso componente que nos habla de la importancia de Aquél a quien debemos tal reverencia. Jehová no es como nuestros padres terrenales, a los cuales debemos obediencia y respeto. Jehová es el Dios Altísimo; es Omnipotente; Omnisciente; Omnipresente.

Para entenderlo, un ejemplo simple: si desobedecemos a nuestros padres terrenales, existe la posibilidad de que ellos nunca se enteren;  sin embargo, si desobedecemos al Señor, Él siempre sabe lo que hacemos. No hay cómo escapar de su presencia, porque Él es Omnipresente, ni tampoco podemos ocultar lo que hacemos, porque Él escudriña los corazones de todos, y sabe exactamente lo que hay en cada uno de nosotros.

Dios es soberano absoluto, y sus mandamientos perfectos, y la finalidad de estos es que los usemos como guía para conducirnos en la vida, para que podamos permanecer en comunión con nuestro Creador, y así evitar que el enemigo pueda robarnos la paz.


VERSÍCULOS EN QUE SE HABLA DEL TEMOR A JEHOVÁ.


Si nos es más fácil, sugiero que cada vez que veamos la expresión "Teme a Jehová", en nuestra mente mantengamos la idea de obediencia o de sometimiento a la autoridad de Jehová.

Probemos con los siguientes versículos:

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Pr 1:7

No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.
Pr3:7-8

El temor de Jehová es aborrecer el mal;
La soberbia y la arrogancia, el mal camino,
Y la boca perversa, aborrezco.
Pr 8:13

Riquezas, honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Pr 22:4

He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia
Sal 33:18

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
Su loor permanece para siempre.
Sal 111:10

Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, 
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
2 Co 7:1

 Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, 
sino que temas a Jehová tu Dios
que andes en todos sus caminos, y que lo ames, 
y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma;
que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos
que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad?
Dt 10:12-13

El fin de todo el discurso oído es este: 
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; 
porque esto es el todo del hombre.
Ec 12:13



LAS PROMESAS PARA LOS QUE TEMEN A JEHOVÁ

  • El bendecirá a los que temen al SEÑOR, tanto a pequeños como a grandes. (Sal 115:13 LBLA)
  • Cumplirá el deseo de los que le temen, también escuchará su clamor y los salvará. (Sal 145:19 LBLA)
  • El Señor favorece a los que le temen, a los que esperan en su misericordia.  (Sal 147:11 LBLA)
  • ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres! (Sal 31:19 LBLA)
  • Ciertamente cercana está su salvación para los que le temen, para que more su gloria en nuestra tierra. (Sal 85:9 LBLA)
  • Porque como están de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande su misericordia para los que le temen… (Sal 103:11 LBLA)
  • Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los hijos de sus hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos   para ponerlos por obra. (Sal 103:17-18 NVI)
  • Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Ro 8:38-39 RVR60)


martes, 17 de junio de 2014

El Nombre de Dios

¿Sabías que...


Jehová o Yavé, algunas de las denominaciones con que se conoce a Dios, es lo mismo en el hebreo original?

Yahveh es una transliteración del nombre propio YHVH. El hebreo primitivo carecía de vocales escritas, y el nombre dado por Dios a Moisés en Exodo 3:14-15, cuando éste le consultó cómo debería llamarlo, es YHVH. 

Cuando se inventó un sistema de vocales escritas para el hebreo, los rabinos le pusieron las vocales e, o y a, sólo como contraseña, resultando de ese modo, la forma latinizada Jehovah, que luego quedó como Jehová. 

Los hebraístas han llegado al acuerdo general de que la pronunciación original debe haber sido Yahveh. El significado de YHVH se asocia con la idea de Ser o Existencia.

En ocasiones, según la versión de la Biblia, el nombre de Dios es traducido como Jehová, Señor, o  Yo Soy.