miércoles, 25 de abril de 2018

¿Qué es la Verdad?

(Jesús dijo): Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad
Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?
(Jn 18:37-38 RVR60)

Cuando el mundo busca definir qué es la verdad, lo hace desde el punto de vista humano, y lo más "sabio" que ha llegado a concluir es que cada uno tiene "su propia verdad", pero lo cierto es que la Verdad tiene una profundidad, una altura, una longitud y anchura que va más allá de lo que nuestra mente puede dimensionar.

¿Te has preguntado por qué nos produce tanto placer lo pecaminoso? ¿Por qué parece tan aburrido hacer las cosas correctamente? o ¿Por qué, si tememos las consecuencias, nos cuesta tanto no ceder a las tentaciones? 

La respuesta es que, después de que Adán introdujo el pecado en el mundo, la humanidad quedó bajo el dominio de Satanás, y desde entonces, el ser humano vive engañado, y tiene una inclinación irresistible a hacer todo lo contrario de lo que Dios manda

Satanás, igual como engañó a Adán y Eva para que desobedecieran a Dios, sigue haciéndolo ahora con su descendencia. Mantiene cautivos a los hombres por medio de un sistema que los deslumbra prometiéndoles cosas materiales y estatus; seduciéndolos para que caigan presos de las tentaciones, embriagándolos, despertando en ellos lujuria, ambición, codicia, para que se obsesionen por obtener todo lo que entra por sus ojos, y todo lo que su ego desea para complacerse. De esa forma, el príncipe de la potestad de las tinieblas distrae a la humanidad de la Verdad, y la conduce a la decadencia moral y espiritual que está dominando por estos días.

Como el hombre incrédulo se complace en ignorar la Voluntad de Dios, está convencido que lo que Dios manda es aburrido, o está obsoleto. Sin embargo, la eternidad no cambia, y lo que Dios declaró que era bueno, seguirá siendo bueno, y lo malo, seguirá siendo malo. Lamentablemente, con el paso del tiempo, lo ético y moral se volvió relativo para el mundo, y lo que antes juzgaba como malo, ahora le parece bien, o incluso muy bueno. Pero la santidad de Dios es la misma que tenía cuando creó el mundo, y según esa santidad juzgará cuando Él decida que esto debe terminar.

El hombre natural, es decir, que ignora a Dios, no sabe qué le falta para ser verdaderamente feliz. Busca, y no se sacia jamás, porque lo que al hombre le falta para estar satisfecho es conocer la Verdad, y vivir según ella


LA ÚNICA VERDAD CONDUCE A LA VIDA ETERNA



La Verdad está disponible para todo el que busca. Dios inspiró a hombres santos para que la escribieran, de modo que todos podamos ser instruidos en ella. La Verdad, en la medida que la vamos conociendo, tiene el poder de regenerar nuestro espíritu; darnos sabiduría; hacernos libres de la esclavitud del pecado y, aptos para entrar en comunión eterna con nuestro Creador.








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