sábado, 29 de octubre de 2016

Los Hijos de Dios


"Pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, 
les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios."
(Juan 1:12 NTV)


Es muy común oír decir que todos somos hijos de Dios, pero no es lo que leemos en la Biblia. Todos somos criaturas de Dios, pero aquel que cree en Dios el Padre, pero no en el Hijo, no puede llamarse hijo de Dios. Sólo quienes creemos que Jesús es el Ungido enviado por Jehová para redimirnos de la esclavitud de las tinieblas, y trasladarnos a Su Reino, recibimos ese derecho; y Dios nos da testimonio de que somos sus hijos al enviar Su Espíritu Santo a morar en nuestros corazones

Para ser llamado hijo de Dios es necesario nacer espiritualmente: "Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios" (1 Jn 5:1). Todos somos pecadores desde el momento en que fuimos concebidos en el vientre de nuestra madre, porque provenimos de simiente humana contaminada del pecado de Adán. En otras palabras, nacemos muertos a la verdadera vida. Para renacer sin pecado, debemos invocar el nombre de Jesucristo, para que nos limpie de pecado con su sangre, y nos dé nueva vida en el espíritu. Cuando rendimos nuestra vida a Jesucristo, estamos muriendo a nuestra naturaleza pecaminosa, y por fe, renaciendo como hijo de Dios.


FALSOS CRISTIANOS


Los falsos cristianos son aquellos que, creyendo ser salvos, no hacen la voluntad de Diosevidenciando así que el Espíritu Santo no ha venido a ese corazón, porque cuando el Espíritu Santo hace morada en un creyente, éste comienza a dar fruto de Santidad. Es el Apóstol Juan quien nos dice  que "En esto se revelan los hijos de Dios y los hijos del diablo: Todo aquel que no practica justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano. Porque este es el mensaje que ustedes han oído desde el principio: que nos amemos los unos a los otros." (1 Jn 3:10-11); "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanosEl que no ama permanece en muerte." (Jn 3:14 RVA2015).

Un verdadero cristiano no es el que nunca comete pecado, sino aquél que, cuando cae en tentación, se siente sucio, y se arrepiente. Todos los días nos equivocamos, pero no es menos cierto que, mientras más conocemos a nuestro Salvador, más poderosos somos para vencer la naturaleza pecaminosa que yace en los miembros de nuestro cuerpo, además, el pecado ya no tiene poder sobre nuestra voluntad. El apóstol Juan nos dijo que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, porque "la simiente de Dios permanece en él, y no puede seguir pecando" (1 Jn 3:9)Además, "Aquél que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca" (1 Jn 5:18).


"Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como Dios dijo:
Habitaré y andaré entre ellos.
Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 
Por lo cual,
¡Salgan de en medio de ellos, y apártense! dice el Señor.
No toquen lo impuro, y yo los recibiré,
y seré para ustedes Padre, 
y ustedes me serán hijos e hijas,
dice el Señor Todopoderoso."
(2 Co 16-18 RVA 2015)




Lecturas Recomendadas:






miércoles, 12 de octubre de 2016

El Evangelio de la Prosperidad

LA VERDAD ESPIRITUAL TRAS LA HISTORIA


Mientras avanzaba en el estudio del libro de Ezequiel, me detuve en el capítulo 13, dedicado a los profetas que no anunciaban la verdad, y decían al pueblo sólo palabras que la gente quería oír, haciendo que se desviaran del Camino de Dios; pecado por el cual el Señor los condenó. Sin dudas, esta profecía tuvo ya su cumplimiento en los falsos profetas que predicaban mentiras a los reyes de Judá, y fueron castigados cuando el Rey de Babilonia arrasó en Jerusalén, y llevó cautivos a la tierra de los caldeos a miles de israelitas. Sin embargo, no debemos quedarnos ahí. Todo lo acontecido a Israel durante su historia, encierra un mensaje espiritual para los creyentes de ayer, hoy y siempre.

¿Cuántos falsos profetas hay hoy en la televisión, o en los púlpitos de todo el mundo, que enseñan un evangelio tergiversado; que acomodan las Escrituras para que parezca que basta con decir "Creo en Jesucristo" para ser salvos, pero que no profundizan en el verdadero arrepentimiento, en el quebrantamiento del ser, ni tampoco en qué significa reconocer a Cristo como Señor? (digo "reconocer", porque se usa mucho decir "hacer a Jesús mi Señor", pero no está correcto, pues, quien lo hizo Señor de Señores fue Jehová. Jesús es Señor por la palabra Soberana de Dios).


EL EVANGELIO LIGHT


El evangelio conocido como "evangelio de la prosperidad" es una versión "light" del Evangelio de la Verdad. Toman las palabras del Apóstol Pablo, que dijo que "por fe somos salvos, no por obras", para justificar que se puede seguir llevando la misma vida. Dicen: "como la salvación es por fe, no por obras, y ya somos salvos por decir que creemos en Jesucristo, lo que hagamos o seamos de aquí en adelante no cuenta, porque Dios sabe que somos imperfectos". Sin embargo, el mensaje de Pablo es que, si dependiera de lo que nosotros hacemos solamente, y no de la gracia de Dios, nunca podríamos alcanzar la salvación. Fue por esto que, en su infinita misericordia, El Señor hizo un nuevo Pacto que dice que basta con confesar que Jesús es el Señor (es decir, que aceptamos someternos a su autoridad), y creer que Dios le resucitó, para ser salvos. Él perdona todos nuestros pecados desde ese momento hacia atrás, y un nuevo espíritu nos es dado, el cual nos reviste de poder para vencer el mal que mora en nuestra carne, y nos capacita para comenzar a hacer obras piadosas, porque lo cierto es que la fe sin obras está muerta (Stg 2:14-26)

Ese falso evangelio es lo más parecido a la nueva era. Toma pasajes de la Biblia y los acomoda para que calcen con la ley de la atracción (que tiene como base que lo que creemos, sea bueno o malo, es lo que tenemos; o lo que hablamos se convierte en realidad). Lo que más me apena, es que hay muchos cristianos que enseñan este evangelio, porque así les fue enseñado a ellos, y lo hacen con un corazón noble, pero engañado. Mientras más profundizo en las Escrituras, más me convenzo que Dios, siendo Soberano y amoroso, no nos pondría trampas como una ley de la atracción, por medio de la cual obtienes lo que crees, sea bueno o sea malo. Ése no es el Evangelio de Jesucristo.

Me atrevo a decir que el evangelio de la prosperidad es uno de los que más daño ha hecho al cristianismo, y uno de los que más apostasía ha provocado, porque muchos llegan a él poniendo sus esperanzas en tener todo, porque creen que en lo terrenal está la felicidad plena; y dicen: "Dios nos ama tanto que sólo quiere que seamos felices, y obtengamos todo lo que deseamos", y "todo", no excluye los deseos de la carne, los deseos de los ojos, o la vanagloria de la vida, es decir, cosas del mundo, que no provienen de Dios (1 Jn 2:15-17). 

En vez de poner su fe en Dios, la ponen en su propio poder mental, y tristemente, se agotan "creyendo para tener", y luchan por "no sentir temor", porque podrían obtener lo que temen, y hablan de "pensar positivo", etc. Lamentablemente, dado que no siempre logran lo que esperan, sólo consiguen frustrarse, o sienten culpa, porque si no consiguieron lo que esperaban, piensan que le fallaron a Dios porque "no creyeron positivo", o peor aún, dejan de creer en la existencia de Dios, y culpan a la Biblia de ser una ilusión solamente, siendo que lo único falso era el evangelio tergiversado que aprendieron.

La promesa bíblica es que prosperaremos en este mundo, en la medida que prospera nuestra alma

Jesús dijo, (y ésta es una verdad de la cual puedo dar testimonio personal):

"No os afanéis, pues, diciendo: 
¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
(...)Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia
y todas estas cosas os serán añadidas"
Mt 6:31, 33RVR60


EL OBJETIVO DE DIOS ES NUESTRA SANTIFICACIÓN


Tener fe es saber que Dios es Soberano y que confiamos en que Él está a cargo de todo, pues, nunca permitirá que nos suceda nada que no sea para nuestro crecimiento. Si andamos en Sus caminos seremos prosperados y grandemente bendecidos, porque sus mandatos son el plan perfecto para que no caigamos en terreno de Satanás, que anda como león rugiente buscando a quién devorar

Si nos equivocamos, o si personas de nuestro entorno eligen caminos errados, que nos pudieran arrastrar junto a ellos al desastre, Él revertirá todo para que se convierta en una bendición para nosotros sus hijos. Asimismo, si pecamos y nos arrepentimos de corazón, Él es generoso para perdonarnos, pero si el pecado trae consecuencias, las tendremos que asumir.

Y si es necesario, con el fin de que seamos fortalecidos espiritualmente, y crezcamos en fe y paciencia, el Señor permitirá que pasemos por pruebas y tribulaciones, pero no debemos asustarnos, sino enfrentar cada situación perseverando en oración, y convencidos de que, sea lo que sea, Él es soberano y sabe por qué está permitiendo que tengamos que atravesar por aquello. Su objetivo no es que suframos, sino que maduremos espiritualmente, nos fortalezcamos y logremos desarrollar los frutos de nuestra santificación.


LA CONDENA DE LOS FALSOS PROFETAS


Veamos qué dice el libro de Ezequiel, que me inspiró a escribir esta entrada, y cómo se aplica a quienes enseñan un evangelio mutilado y acomodado para atraer personas, con el único fin de conseguir ofrendas que llenen sus bolsillos (La Palabra de las Escrituras está en rojo y cursiva; mi intervención, está en negro, entre brackets): 

 ¡Ay de los profetas insensatos que andan tras su propio espíritu, y que nada han visto! (...) Ustedes no han subido a las brechas ni han levantado un muro alrededor de la casa de Israel, de modo que pueda prevalecer en la batalla en el día del SEÑOR’ [no han enseñado la correcta palabra que permita fortalecer al creyente para enfrentar la guerra espiritual]. Ellos [los profetas]  ven vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: ‘Así dice el SEÑOR’, pero el SEÑOR no los ha enviado. ¡Con todo, esperan que él confirme las palabras de ellos! (...) Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios, porque han hablado vanidad y han visto mentira [Interpretan la Palabra inspirada por Dios, acomodándola para que hable de los derechos, pero no de las obligaciones del creyente]; por eso, he aquí yo estoy contra ustedes, dice el SEÑOR Dios . Mi mano estará contra los profetas que ven vanidad [se centran en los deseos de la carne y dejan en segundo plano las necesidades del espíritu], y adivinan mentira.(...) No serán inscritos en el registro de la casa de Israel ni volverán al suelo de Israel.

(...)Ustedes me han profanado entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan [se construyen imperios religiosos con las ofrendas], dando muerte a las personas que no debían morir, y dando vida a las personas que no debían vivir, mediante el mentir a mi pueblo que escucha la mentira’ [hacen que se pierdan almas sedientas de oír la Palabra, y las atraen con esta especie de ofertones de derechos de los creyentes, y omiten las partes del Evangelio que hablan del esfuerzo que debe hacer un cristiano].(...) Por cuanto en vano han causado dolor al corazón del justo, al cual yo no causé dolor [lo asustan diciendo que obtendrán lo que temen, lo cual es contrario a la promesa de Jehová que dice que el justo obtendrá lo que desea, pero el impío lo que teme Pr 10:24], y han fortalecido las manos del pecador para no apartarlo de su mal camino a fin de librar su vida [Muchos, cuyo pecado es la lujuria y ambición, son fortalecidos en su pecado al mostrarles un evangelio tergiversado que les promete obtener todo lo que desean]. (...) Yo libraré a mi pueblo de sus manos. Y sabrán que yo soy el SEÑOR’”. (Ez 13:1-23 RVA 2015)


A DIOS NADIE LO ENGAÑA



Para concluir, hay que decir que, estos falsos profetas, que se muestran piadosos ante una humanidad hambrienta de saciar su apetito espiritual, obtendrán su paga, porque aunque engañan a multitudes, no engañan al Señor. Jesús dijo: 


"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 
Muchos me dirán en aquel día: 
Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, 
y en tu nombre echamos fuera demonios, 
y en tu nombre hicimos muchos milagros? 
Y entonces les declararé: 
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" 
(Mt 7:21-23 RVR60)


EL QUE TENGA OÍDOS PARA OÍR, QUE OIGA...




viernes, 12 de agosto de 2016

Pidan y se les Dará

"Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón." 
(Sal 37:3-4 RVR60)


LA FE EN DIOS NO ES LA LEY DE LA ATRACCIÓN


Antes que todo, como cristianos renacidos, debemos tener en cuenta que la voluntad de Dios es nuestra santificación, y que "Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad" (1 Ts 4:3-8).

A diferencia de lo que fomentan las creencias que están dominando al mundo, trátese de esoterismo, Nueva Era, ley de la atracción, o evangelio de prosperidad, - que es más de lo mismo, porque omite o tergiversa lo que sugiere esfuerzo de parte del creyente, y saca de contexto las promesas de Dios para que se parezcan lo más posible a lo que la gente quiere oír - el verdadero creyente en Cristo no necesita enfocar su mente en lo que desea, visualizarlo, decretarlo y/o evitar tener pensamientos negativos sobre sus sueños (creencia positiva vs creencia negativa), porque la fe en nuestro Señor no se basa en el poder de nuestra mente, sino  en el conocimiento que tengamos de Dios.

Siempre que pedimos algo al Señor, debemos considerar si lo que estamos anhelando es conforme a la Voluntad de Dios para nosotros. El deseo de Dios es que sus hijos sean prosperados en todas las áreas de su vida, pero todo eso debe ir a la par con la prosperidad del alma (3 Jn 1:2). Es por esto que no siempre recibimos como deseamos, o en el tiempo que esperamos recibir.

¿QUÉ DEBEMOS HACER PARA RECIBIR?


La respuesta es "Permanecer en Cristo".

En Juan 15, el Señor nos dice que Él es la vid, y nosotros sus ramas. Separados de Él nada podemos hacer. Sólo permaneciendo en Él podremos llevar mucho fruto.

¿Qué significa permanecer en Cristo?

En la misma parábola está la respuesta: "Si guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor."  (Ver también 1Jn 4:7-21)

¿Cuáles son sus mandamientos?

Por Mt 22:36-40, sabemos que el primero y el más importante es "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente". Pero en este capítulo, conociendo Jesús nuestras debilidades, y sabiendo que probablemente nos cuesta menos cumplir el primer mandamiento, Él pone énfasis de esta manera: "Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado". 

Si pensamos en aquellos con quienes nos llevamos bien, es muy fácil amarlos ¿verdad?, pero qué pasa con nuestros enemigos, con los que nos calumnian, o nos provocan sufrimientos. Ése es el desafío... "Amen a sus enemigos", nos dijo el Señor.

Fue para esto que el Señor nos llamó, "para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros."  (Jn 15:16-17)


  • Volvamos a leer lo que nos dijo Jesús: "ASÍ [es decir, como consecuencia de llevar fruto que perdure] EL PADRE LES DARA TODO LO QUE LE PIDAN EN MI NOMBRE"

En el mismo sentido, Juan escribió en una de sus epístolas lo siguiente: "cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él." (1 Jn 3:22)


  • Volvamos a leer: "CUALQUIERA COSA QUE PIDIÉREMOS LA RECIBIREMOS DE ÉL, PORQUE GUARDAMOS SUS MANDAMIENTOS..."

Por último, no podemos dejar de lado lo que el Apóstol Santiago dijo: "No tienen porque no piden. Piden y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres. (...) ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? " (Stg 4:2-4 RVA2015)

ANDAR EN AMOR COMO CRISTO...


"Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón
y hallaréis descanso para vuestras almas"
 (Mt 11:29  RVR60)

Como podemos ver, para los hijos del Reino de Dios, obtener lo que deseamos no tiene que ver con visualizaciones o poder mental, tiene que ver con justicia, conocimiento, mansedumbre, Amor y fe. Permanecer en Cristo es Andar en Amor. Si así andamos, podemos llamarnos justos, y es promesa de Dios que "a los justos les será dado lo que desean", pero "lo que el impío teme eso le vendrá" (Pr 10:24). Si permanecemos en Cristo, aun si tropezamos, sólo podemos recibir las bendiciones que deseamos,  si ésa es la voluntad de Dios, claro está; todo de acuerdo a lo que Él soberanamente haya dispuesto que es lo mejor para nuestro crecimiento, pues, no olvidemos que también, si es necesario, seremos puestos a prueba.

Aunque requiere de un gran esfuerzo, especialmente al inicio, perseveremos y confiemos, ya que no estamos solos, pues, tenemos un Sumo Sacerdote que intercede por nosotros en el cieloque conoce nuestras debilidades, y que amorosamente va premiando cada pequeño paso que avanzamos hacia la perfección.

"sean imitadores de Dios como hijos amados, y anden en amor, 
como Cristo también nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda 
y sacrificio en olor fragante a Dios. 
(...) Ahora son luz en el Señor. ¡Anden como hijos de luz
Pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad
Aprueben lo que es agradable al Señor 
y no tengan ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas
 sino, más bien, denúncienlas 
(...) No sean insensatos sino comprendan cuál es la voluntad del Señor 
(...) sean llenos del Espíritu
(...) cantando y alabando al Señor en su corazón; 
dando gracias siempre por todo al Dios y Padre 
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo..." 







jueves, 19 de mayo de 2016

La Autocompasión: un arma contra nosotros mismos

CAMINO A LA DEPRESIÓN


He llegado a la conclusión que una de las formas en que más fácilmente caemos en depresión es por medio de la autocompasión. Es un arma muy poderosa que el diablo usa muy eficazmente contra los hijos del Señor.

Cuando fuimos redimidos, y Jesucristo se convirtió en nuestro Señor, no sólo no convertimos en ciudadanos de Su Reino, sino que también quedamos protegidos bajo Su Autoridad y Potestad. En otras palabras, Satanás dejó de tener poder sobre nosotros, porque ahora pertenecemos al Hijo de Dios.

Si olvidamos quiénes somos en Cristo, dejamos abierta una puerta que el enemigo siempre va a traspasar para venir a engañarnos, argumentando en contra de nuestra fe en Dios, y pretendiendo que creamos que estamos solos en este mundo. Pedro nos dijo: "Su adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar" (1 P5:8 RVA2015).

FUNDAMENTOS


Como hemos explicado en otras ocasiones, somos seres tripartitos, esto es, nuestro ser se divide en tres partes a saber: el cuerpo, el alma y el espíritu. El cuerpo es la parte que nos conecta con el mundo, por medio de nuestros cinco sentidos; el espíritu nos permite nuestra conexión con el Señor; y nuestra alma es la que nos identifica como individuos - somos seres vivientes, porque tenemos alma - y en ella están contenidos nuestro intelecto (la mente), nuestra voluntad (libre albedrío), y nuestras emociones. No está de más señalar que es nuestra alma la que será juzgada al final de los tiempos.

El alma se pone al servicio ya sea del cuerpo o del espíritu. En otras palabras, mientras más hacemos caso a lo que nuestra parte física no exige, más carnales somos. Por el contrario, si nos dejamos dominar por el espíritu, obedeciendo la Voluntad de Dios para nosotros, más espirituales somos.

Si seguimos la guía del espíritu, desarrollaremos sus frutos, y cuando hemos alcanzado esa madurez, el alma, con todo lo que es, queda sometida al control espiritual. Jesús dijo: "por sus frutos los conoceréis"... ¿cuáles son esos frutos?... Pablo nos enseña que el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Ga 5:22)


CONSECUENCIAS DE UN ESPÍRITU INMADURO



Cuando no hemos alcanzado un desarrollo en nuestra vida espiritual, las emociones - parte de nuestra vida anímica (del alma) - pueden convertirse en nuestras enemigas, y es uno de nuestros puntos susceptibles de ser usados por el diablo para debilitar nuestra fe. (Ya hemos hablado que nuestra lucha no es contra personas de carne y hueso, o situaciones terrenales, sino contra seres espirituales que nos atacan, valiéndose de personas o hechos que parecen cotidianos).

Satanás nos ataca por medio de las emociones, porque sabe que una persona que se deja llevar por sus emocionesal no tener un espíritu fortalecido,  reaccionará negativamente ante ciertos eventos, consiguiendo así contristar (reprimir, entristecer o apagar) ese espíritu aún frágil, impidiendo que éste pueda manifestarse libremente a través de esa persona. 

Las emociones dañinas pueden ser ira, rencor, falta de perdón, autocompasión, desaliento, deseos de venganza, odio, envidia, angustia, lujuria, ansiedad, tristeza, vanidad, culpa, resentimiento, orgullo, etc.

La diferencia entre un cristiano maduro y uno que no lo es, se puede reconocer, entre otras características, por cuán templado puede permanecer éste, cuando se ve enfrentado a situaciones desagradables o difíciles de controlar por él.


SÍNTOMAS 


Cada vez que pensamos, o decimos, o sentimos que somos víctimas de las circunstancias, o personas, podemos estar cayendo en una situación de autocompasión. Tantas veces nos quejamos contra nuestros familiares, jefes, compañeros, amigos, circunstancias, etc.

Obviamente, aquí no estamos hablando de verdaderos casos de abusos, que los hay y muy graves, y los tales deben ser denunciados, y nadie puede dejarse someter, ni permanecer pasivo, ante abusos contra personas indefensas.

En este estudio nos referimos a personas con vidas normales, que viven conflictos regularmente, como todo el mundo, y que deben lidiar con personas que les pueden hacer la vida difícil.

La Biblia dice que, si es necesario, nuestra fe podrá ser probada para afirmarla. ¿De qué otra forma puede ser probado algo, si no es por medio de dificultades que hay que vencer?

Cuando encontramos personas o situaciones que nos ponen mal, probablemente necesitamos desarrollar paciencia, AMOR, humildad, autocontrol, longanimidad, etc. Todo lo anterior, se puede conseguir cuando, en vez de reaccionar al calor de los eventos, decimos. "Señor, yo no puedo con esta carga. Tú toma el control".


MEDICINA ESPIRITUAL: LA ORACIÓN Y EL AMOR


Si cada vez que las situaciones parecen incontrolables, las entregamos a Dios, por medio de la oración ferviente, para que Él se haga cargo, estaremos dando pasos hacia el desarrollo espiritual.

Junto con entregar el control de todo al Señor, debemos orar pidiendo sabiduría para aprender a enfrentar esas situaciones o personas. 

También debemos orar para que esas situaciones o personas cambien. Incluso si se trata de enemigos, debemos orar por ellos, y bendecirlos, porque así nos enseñó nuestro Señor: "Amen a sus enemigos y oren por los que les persiguen" (Mt 5:44-47)

Por último, y muy importante, debemos orar para que el Espíritu Santo nos ayude a cambiar en nosotros esas actitudes que nos impiden crecer espiritualmente, revelándonos qué es lo que está mal en nosotros y, como hijos obedientes, someternos a su corrección, a fin de evitar volver a repetir los mismos errores que pudieran habernos llevado a enfrentar eso que nos disgustó tanto.

Sólo orando obtendremos sanación, y mientras más aprendamos a andar en amor, como Cristo nos enseñó, más fuertes espiritualmente seremos.


"El amor tiene paciencia y es bondadoso
El amor no es celoso
El amor no es ostentoso, ni se hace arrogante
No es indecoroso, ni busca lo suyo propio
No se irrita, ni lleva cuentas del mal
No se goza de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser". 

domingo, 24 de enero de 2016

Cuando Jesucristo es Nuestro Señor


¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
(Lc 7:21 RVR60)


Dice la Palabra de Dios que, "si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Ro 10:9). 

Pero ¿qué significa que Jesús sea nuestro Señor?

La primera acepción del término "Señor", según el diccionario de la RAE, se refiere al "que es dueño de algo; que tiene dominio y propiedad en ello". Otra definición dice: "amo con respecto a los criados".

Entonces, concluimos que, cuando decimos que Jesús es nuestro Señor, estamos diciendo, primero, que pertenecemos a Él y, segundo, que le obedecemos

Lamentablemente, muchos que llaman a Jesucristo Señor viven sus vidas independientes de Él, haciendo las cosas a su manera; tienen apariencia de ser muy piadosos delante de la gente, pero en la intimidad están muy alejados de la Voluntad de Dios. 

El creyente verdaderamente salvo, (hay muchos que creen en Dios y el Hijo, pero que no son salvos - éstos son los que no se han arrepentido de sus pecados) siente la necesidad de buscar a Dios, porque es el mismo Espíritu quien produce esa necesidad. Ése es un síntoma inequívoco de una verdadera conversión a Cristo. Es el Espíritu Santo el que va moldeando al nuevo creyente para cumplir los propósitos de Dios en ese nuevo hijo del Reino.

No es posible, para un verdadero creyente, pecar y seguir viviendo tranquilamente, porque el que es salvo tiene el Espíritu de Dios morando dentro de él, que lo va a incomodar hasta que confiese y se arrepienta. Consecuentemente, si alguien cree ser salvo, porque dijo una oración, pero no siente incomodidad cuando peca, es porque no tiene el Espíritu Santo dentro de él, por lo tanto, esa persona no es de Dios.